EL LOBO CON PIEL DE OVEJA

Pensó un día un lobo cambiar su apariencia para así facilitar la obtención de su comida. Se metió entonces en una piel de oveja y se fue a pastar con el rebaño, despistando totalmente al pastor.
Al atardecer, para su protección, fue llevado junto con todo el rebaño a un encierro, quedando la puerta asegurada.
Pero en la noche, buscando el pastor su provisión de carne para el día siguiente, tomó al lobo creyendo que era un cordero y lo sacrificó al instante.
Moraleja: Según hagamos el engaño, así recibiremos el daño.
LA CIGARRA Y LA HORMIGA
La cigarra era feliz disfrutando del verano: El sol brillaba, las flores desprendían su aroma...y la cigarra cantaba y cantaba. Mientras tanto su amiga y vecina, una pequeña hormiga, pasaba el día entero trabajando, recogiendo alimentos.
- ¡Amiga hormiga! ¿No te cansas de tanto trabajar? Descansa un rato conmigo mientras canto algo para ti. – Le decía la cigarra a la hormiga.
- Mejor harías en recoger provisiones para el invierno y dejarte de tanta holgazanería – le respondía la hormiga, mientras transportaba el grano, atareada.
La cigarra se reía y seguía cantando sin hacer caso a su amiga.
Hasta que un día, al despertarse, sintió el frío intenso del invierno. Los árboles se habían quedado sin hojas y del cielo caían copos de nieve, mientras la cigarra vagaba por campo, helada y hambrienta. Vio a lo lejos la casa de su vecina la hormiga, y se acercó a pedirle ayuda.
- Amiga hormiga, tengo frío y hambre, ¿no me darías algo de comer? Tú tienes mucha comida y una casa caliente, mientras que yo no tengo nada.
La hormiga entreabrió la puerta de su casa y le dijo a la cigarra.
- Dime amiga cigarra, ¿qué hacías tú mientras yo madrugaba para trabajar? ¿Qué hacías mientras yo cargaba con granos de trigo de acá para allá?
- Cantaba y cantaba bajo el sol- contestó la cigarra.
- ¿Eso hacías? Pues si cantabas en el verano, ahora baila durante el invierno-
Y le cerró la puerta, dejando fuera a la cigarra, que había aprendido la lección.
Moraleja: Quien quiere pasar bien el invierno, mientras es joven debe aprovechar el tiempo.
Las ranitas y el tronco tallado
Una familia de ranitas que vivía en un lago, sentía mucho temor por un tronco tallado que se veía desde la orilla. Estas ranitas amaban las fiestas y la diversión, pero sentían gran respeto por el tronco, así que en muchas oportunidades trataban de no hacer tanto ruido para no molestar al tronco.
Seguramente este personaje al que tanto le temían, era un monumento de alguna tribu que ya no habitaba en el lugar, pero como no se animaban a acercarse para ver bien de que se trataba, solo podían divisar un rostro serio y que inspiraba mucha autoridad.
Un cierto día, en que se desató una terrible tormenta, el tronco cayo al lago y en ese momento las ranitas pudieron ver con claridad, que era solo un tronco tallado que ningún daño podía hacerles. Se rieron mucho de los temores por los que habían pasado y comenzaron a jugar con él y usarlo de trampolín para sus zambullidas en el lago.
Moraleja: Lo que por ignorancia atemoriza, a veces es sólo digno de risa.
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